domingo, 4 de septiembre de 2005

Cuando éramos niños aprendimos a no llorar. Tu agarrabas mi mano y escapábamos al río. Allí me enseñaste a cubrir mi cuerpo de hojas, a dormir sumergido en el agua. Allí aprendí a sentir la tierra mojada bajo mis pies.

No hay comentarios:

Publicar un comentario