domingo, 26 de febrero de 2006


- Escribir a base de espirales sería confuso pero precioso. Aunque todo dependería del grado de coherencía de lo expresado.

- Viajo en amarillo. Con un buen plano te encontraría durmiendo en un lago. Y justo cuando fueses a comenzar a nadar me aferraría a tu cola aún con el riesgo de morir ahogado.

- En un manojo de llaves es más larga la que antes atraviesa el corazón.

- Pricesa, te esperan los monstruos al otro lado de la puerta. Mantente despierta y se devoraran entre ellos.

- Si nieva tal vez sea para congelar las ciudades, para congelar los momentos, para que la gente ande más despacio y se pare a mirar más a su alrededor.

lunes, 20 de febrero de 2006


Cuando alquien se corta las venas dentro de una bañera de agua caliente, esta provoca que se desangre más rápido. Puede ser por eso que dicen que la vida comenzó en el mar.

Pasé aquella tarde sentado en un banco del parque. Durante todo el tiempo que pasé allí me centré en observar las hojas que cada cierto tiempo se desprendían de las ramas de los árboles. Entonces, a última hora te vi aparecer. Llevabas un vestido rojo, provocando un toque de color en una tarde que continuamente había sido teñida por un tono marrón oscuro. Rápidamente me levanté, y quise seguirte sin saber el motivo. Y por eso me eché a andar, y por eso aún trato cada tarde de encontrar el camino correcto que tomaste, pero siempre acabo en el mismo sitio, al borde de una carretera. Y algún día te seguiré, y cuando volver la vista atrás no me permita divisar el comienzo te encontraré, porque me perdí una vez y únicamente perdiéndome una vez más puedo hallar un camino que no se escribe en ningún plano.

miércoles, 15 de febrero de 2006


Durante horas y horas observé como un corazón de manzana se oxidaba. Poco a poco se retorció y oscureció cada vez más. De debajo de la mesa fueron apareciendo pequeños insectos que lo devoraron lentamente, consumiéndolo mordisco a mordisco. Y al final, cuando ya no quedaban más que migajas, mi cuerpo cayó encima de la mesa. Y sentí, como por estar despistado, una hilera de insectos me había devorado el corazón.

domingo, 12 de febrero de 2006


Fueron pocas las veces que en su corta vida se atrevió a mirarse al espejo. En los contados momentos que lo hizo, únicamente pudo encontrar en aquel reflejo un ser de proporciones monstruosas, deformado por terribles enfermedades y obligado a permanecer por siempre oculto de resto de las personas. Cuando pasados los años, se miró por última vez, habían pasado ya 4 años desde que viese su rostro frente a frente. Y lo que vio le sorprendió, su mirada había perdido vitalidad hasta el punto de no poder percibir si reflejaba el mas mínimo atisbo de vida. Entonces decidió acostarse, y que todo aquello acabase, que poco a poco el sueño le cautivara para demostrarse a si mismo que tal vez, en otras circunstancias, podría haber sido una persona normal.
(Mi pequeño homenaje a Joseph Merrick)

Sentado en su cocina, en una silla, tacha del calendario el número correspondiente al día de ayer. Desde hace dos años, cuando su mujer murió a causa de una enfermedad, tacha todos los días que no la ve. Y tiene la ilusión de poder dejar algún día sin un trazo rojo encima. Porque aunque sabe que es casi imposible, esta seguro que un día de estos la distinguirá caminando por la calle, o en un cruce de ojos en algún semáforo, o tal vez se le presente en sueños para preguntarle que tal está. Y entonces ese día no tendrá que tacharlo del calendario.

miércoles, 8 de febrero de 2006


En la librería, comenté al librero que buscaba un libro que oliese bien. Este me llevó a un cuarto trasero provisto de innumerables estanterías. Me indicó una en especial de donde comencé a extraer volúmenes y a abrirlos para aspirar su perfume. Opté por un libro sobre trenes, una guía visual. Sus páginas conservaban un olor semejante al de la piel de las naranjas.

jueves, 2 de febrero de 2006

Una sonrisa puede convertirse en algo valioso.
Sobre todo cuando el que sonrie es un elefante.