miércoles, 27 de julio de 2011

Walden.

Exageramos la importancia del trabajo que hacemos y,sin embargo, ¡cuántas cosas dejamos por hacer!

La mayoría de los lujos, y muchas de las llamadas comodidades de la vida, no sólo no son indispensables, sino que resultan verdaderos obstáculos para la elevación de la humanidad.

Cada generación se ríe de la moda antigua, pero sigue religiosamente la nueva.

El objetivo principal no es que la humanidad esté bien y honestamente vestida, sino, indudablemente, que las corporaciones se enriquezcan.

Si se afirma que la civilización es un verdadero avance en la condición del hombre, debe demostrarse que ha producido mejores residencias que no resulten más caras.

El cantero que termina la cornisa del palacio tal vez regrese por la noche a una choza peor que una tienda.

Quiero decir que no deberían jugar a la vida o sólo estudiarla, sino vivirla en serio de principio a fin.

Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida, pues vivir es caro, ni quería practicar la resignación a menos que fuera completamente necesario.




Henry David Thoreau. Walden. Catedra. 2010.