domingo, 29 de abril de 2007


He dejado
demasiado tiempo
el cigarro
encendido
sobre la mesa.

Me he mirado
al espejo
para encontrarme
tan lejos…

Hoy he saltado
desde tu ventana
varias veces,
aunque tú
no me hayas visto
ninguna.

Porque en un jarrón
hay un mar
sin peces.

Porque en mis bolsillos
han crecido
bosques sin pájaros.

Y ahora la
cuenta atrás,
ahora
quedarse dormido,
ahora
simplemente
olvidarnos.

Con las palabras
unidas
con hilo
amarillo.

Y tú
descansando desnuda,
y yo
girando muy rápido.

Consígueme
esas tres botellas
que se quedaron
vacías.

Consigue
que ría tan fuerte
que tiemblen
mis piernas
en la cama.

Mientras
se cometen asesinatos
en la calle
de atrás.

Y en el tendido
eléctrico
la música
vuelve lentamente
a los armarios.

Porque una habitación
desordenada
en el principio
de un día
que nunca debería
acabar.

Porque
si alguien
me ata las manos
comenzaré a correr,
y cuando caiga
muerto
en tu jardín,
alguien decidirá
dar por primera vez
ese pequeño paso.

sábado, 28 de abril de 2007


Hay algo especial
en salir de trabajar
cuando ya es de noche.

Tomarte una cerveza,
coger el coche,
comprarte un sándwich
que no alimenta nada
y conducir a casa.

Hay una sensación
que se te queda en el cuerpo
cuando llevas varios días
sin ver casi la luz del sol.

Al final el cuerpo
no sólo se acostumbra,
si no que poco a poco
lo disfruta.

Y mientras has puesto
la música en el coche
conduces sin pensar en nada,
sin preocuparte por nada.

Aunque esta noche
tu cama te espera vacía.

Hoy te tienes que enfrentar
al frío de una cama
demasiado tiempo
deshabitada.

Pero no pasa nada
siempre que esta noche
continúe sonando la misma
canción.



*Varios días trabajando de tarde/noche te trastocan.

miércoles, 25 de abril de 2007


Puedes prometer
que nunca escribirás
sobre amor.

Puedes decir
que tú vas a escribir
sobre otros temas,
que no serás
como otros
tantos poetas.

Pero no es fácil
mantener tu promesa
cuando sabes que a tu lado
duerme
aquella persona
por la que podrías hacerlo todo,
por la que
podrías asesinar
si llega el momento.

Cuando se te escapa
un poco de vida en cada beso,
cuando el simple pensamiento
de perderla
te provoca un latigazo tan fuerte
en la espalda
que crees partirte en dos.

Cuando te han dado la vida
sin pedir
nada a cambio,
cuando da igual
el lugar, lo que hacer
mientras te despiertes
cada mañana a su lado.

Cuando puedes acariciar
de forma tan pura
la felicidad
que te quema.

Entonces,
en ese momento,
te dará igual
tu promesa.

Porque
el resto de las cosas
no podrán ser sin ella,
porque
el resto de las cosas
son ella,
porque
tú mismo eres
porque ella existe.

viernes, 20 de abril de 2007


Escribo con una guitarra
en mis brazos,
con las botas calzadas,
con el revolver cargado.

Escribo en las líneas
de un papel pautado,
en clave de sol,
con la música
clavada en mi cabeza.

Escribo mientras
espero que todo salga ardiendo,
mientras me quema la espera.

Escribo porque nunca seré
músico,
ni marinero,
ni payaso,
ni pintor.

Escribo porque tal vez
nunca sea un poeta.

Escribo porque
puede que esto
sólo sean
palabras demasiado juntas.

Escribo porque
así evito echar la vista atrás,
así evito el vértigo
de mirar hacia delante.

Escribo porque
tampoco se el por qué,
porque
es lo único que sé hacer.

Escribo porque
en cada poema
dejo un poco de mi mismo,
para que un día
alguien queme mis libros,
para ser recordado,
para que todos me olviden.

Escribo por todo,
aunque lo podría hacer por nada.

Escribo porque me siento
y viene a mí.

Escribo para ti,
escribo porque así
escapo de tus manos.

Escribo porque hoy sale el sol,
escribo porque mañana
tal vez no deje de llover.

Escribo,
escribo,
escribo.

Y solo pido
que nunca,
nunca,
me de por vencido.

viernes, 13 de abril de 2007


Hace más de seis años
vi morir a mi padre
en una cama de hospital.

Y no hubo música,
no hubo ninguna canción triste,
no hubo espectadores
con lágrimas.

Porque
cuando ves la muerte
tan de cerca
te das de bruces con la vida real.

Y es más jodido
que cualquier cosa,
porque nunca
puedes entenderlo,
nunca te respondes
a todas esas preguntas.

Lo curioso
es que desde entonces
casi no he escrito sobre ello.

E incluso he tenido momentos
en los que he creído
comprenderlo y aceptarlo.

Pero en cambio,
un día,
te das cuenta de todo
lo que le echas de menos.

Y piensas en todo aquello
que podrías haber compartido,
en todo lo que te podría haber enseñado.

Piensas en toda esa música
que le habrías enseñado,
en todo lo que habríais vivido juntos.

Y es cuando caes en la cuenta
de que aún no ha pasado
el tiempo suficiente.

Aún sigues preguntándote
el por qué
de aquella vez.

Porque
es como empujar
la primera ficha del dominó.

Y hay que levantar
todo de nuevo.

Tienes
que caminar mucho tiempo
sin echar la vista atrás.

Hay que seguir adelante.

Y puede que no siempre sea fácil,
no siempre nos valemos
yendo solos.

Así que tal vez
jamás llegué ese momento
en el que nada importe.

Tal vez no deje de ser
una rueda que girando
de vez en cuando
te golpea
y te recuerda que te duele.

miércoles, 11 de abril de 2007


No sé cuanto tiempo
se puede soportar a la espalda,
el tiempo que se tarda
en caer
y darlo todo por vencido.

No sé donde está el límite
entre la espera y la locura,
cuando algo se mueve ahí dentro,
cuando algo se descoloca
y no te deja seguir vivo.

Continuamente pensando
en lo mismo,
con un riesgo muy alto
de no saber por donde huir.

Es difícil intentar acabar
cada día con el informe completo,
con toda las horas marcadas en verde,
con los bolsillos vacíos
pero la mente repleta.

Nadie nos dijo
que a veces no vale con caminar,
no vale con ir siempre por delante,
no vale con seguir el camino más transitado.

Porque en cualquier momento
podremos girar la cabeza,
distinguir al fondo un nuevo camino
y decidir seguirlo.

Sin saber que con ese gesto
nos podemos condenar,
con ese gesto
podemos ir lentamente
cada vez alejándonos
más de todo.

domingo, 8 de abril de 2007


He estado rebuscando entre cosas antiguas que tuviese escritas y voy a poner unas pocas.. Es de una época en la que escribí una especia de diario sin ser un diario.. Simplemente escribía sin parar, no porque tuviese mil cosas pensadas para escribir, si no porque si no me volvía loco:


21/03/2005

Prejuzgado por un crimen nunca cometido, castigado y encarcelado con las risas de los demás presos de fondo. Han colgado mis ropas. Ahora toca ser un eslabón más, un número que no me atrevo a pronunciar. Todos los días en el patio me enamoro de Marilyn y ella me dedica su sonrisa sin enseñar los dientes.

He dejado la marca del vaso de café en la mesa, una luna llena de café, una noche que huele a hierba marchita, un payaso con los guantes de boxeo desatados, una mantis religiosa sin Dios.

“No te dejes nada en el plato”, pues que venga otro y elija los restos.


28/03/2005

- Instrucciones para robarle la vida a un gorrión:

Retener con firmeza entre las manos un ejemplar de gorrión. Cerrar cualquier abertura que pueda surgir en esta unión y esperar. Cuando notemos el cese del aleteo habremos robado la vida a tal animal. Es aconsejable apoyar las manos en la boca y absorver al mismo tiempo que se realiza el proceso con el fin de hacer nuestra toda la cantidad de vida posible.


29/03/2005

No quiero ser yo quien desate tus zapatos. No quiero ser yo quien dicte si tu plato permanece caliente. No quiero ser yo el comienzo de tu decadencia. No quiero pensar en la forma en que llueve y volverme loco, sólo quiero saber que mantienes en pie tus falsas esperanzas.

viernes, 6 de abril de 2007


Puedes estar sentado
en cualquier lugar,
tranquilo.

Y tener un espejo enfrente
como tantos otros días.

Y cuando menos te lo esperas
te das cuenta
de que algo ha cambiado.

Hoy,
no sabes bien por qué,
quien se ve reflejado
no eres tú,
o quizá sí.

Porque por primera vez,
te puedes mirar
directamente a los ojos.

Y penetrar en ellos.

Hoy puedes reconocerte,
y eso puede ser algo
muy difícil.

Darte cuenta
de que tus ojos
reflejan lo que nunca
dejas ver.

Porque por primera vez
eres capaz
de verte como otra persona,
eres capaz
de verte desde fuera.

Y te valoras,
te juzgas.

Y a veces da miedo
toparnos con nosotros mismos.

Hacernos preguntas,
insultarnos,
hablarnos,
incluso odiarnos.

Cuando te ves desde fuera,
por un momento,
el mundo se reduce
a ti.

A lo primero
que se te ha pasado
por la cabeza
cuando te has visto.

Porque
puede llegar a ser
como un martillazo
en el pecho.

Puede ser
el momento
más duro
si te das cuenta
de que no eres
quien te gustaría ser.

Y te quedas pensativo,
mirándote,
intentando cambiar
esa expresión de ojos.

Porque dentro de un rato
tendrás que dejarte atrás.

Y lo último que quieres
es quedarte en tu mente,
pensando que sólo puedes
trasmitir aquello que has visto
hace unos minutos.

miércoles, 4 de abril de 2007


Si hoy llueve
sacaré los muebles a la calle.

Me pondré mi sombrero
y ropa negra.

Fumaré un cigarrillo
sin tan siquiera encenderlo.

Si hoy llueve
te recogeré,
y juntos pintaremos
cada rincón sin luz.

Si hoy llueve
plantaré mis zapatos
en el jardín.

Si hoy llueve
mi viejo cuco
volverá a cantar
cada hora en punto.

No vale la pena
guardar un revolver
descargado en el cajón.

No merece la pena
haberlo comprado
si únicamente lo tememos.

Hay que saltar
si la ventana se abre de golpe,
si descubrimos
que nosotros la dejamos cerrada.

Hay que gritar, bailar,
cantar.

Hay que seguir ese camino
que se pierde
cerca del río.

Hay que tener presente
que nos podemos caer,
que tal vez
mañana
nos arrepintamos.

Pero hay que vivirlo,
saborearlo,
tratar de capturarlo.

Pues nunca se sabe,
pero tal vez
la siguiente vez
que lo queramos hacer,
entonces
ya sea demasiado tarde.