Tal vez nadie le creyese cuando dijo que saltaría aquella distancia, tal vez todos se rieron de él. Y por eso por la noche lo intentó, cuando nadie podía decirle nada. Y aunque fue un buen salto en el último momento sus manos no llegaron a sujetarse. Y no hubo nadie para parar su caída.
lunes, 6 de marzo de 2006
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