En silencio, si te miro,
se ilumina tu espalda.
Marco un gesto, una palabra,
muestro la voz de lo sincero.
Recorren mi cuerpo vías sin destino,
y decido sucumbir,
arroparte y alejarme, justo antes
de sentir, sufrir sin tus brazos abiertos.
Pruebo a olvidar, a elegir otro momento,
cerciorarme de tu ausencia,
y en presencia del vacío de tus labios
disfrazarme de infante, de luz sin calor,
se ilumina tu espalda.
Marco un gesto, una palabra,
muestro la voz de lo sincero.
Recorren mi cuerpo vías sin destino,
y decido sucumbir,
arroparte y alejarme, justo antes
de sentir, sufrir sin tus brazos abiertos.
Pruebo a olvidar, a elegir otro momento,
cerciorarme de tu ausencia,
y en presencia del vacío de tus labios
disfrazarme de infante, de luz sin calor,
de un olvido sin suficiente recuerdo.
Estoy cansado, la noche tambien...
ResponderEliminarMe encanta..... no se puede decir mas....
ResponderEliminarbueno... uno soso (fer) y la otra escueta (amanda), eres la hostia, y tus poemas algún día recorreran el mundo, y crearán un pensamiento común, y abrá críticos muy sesudos intentando intuir la intención de tus palabras, y la crítica se alzará en alabanzas...
ResponderEliminaralgún día alguien, escribirá algo precioso para tí, y estos momentos recobrarán su justa importancia!
algún día serás el puto amo de los poemas, y nosotros seguiremos ahí, intentando sacar tajada... pero ahí!
;)
RAMÓN!
Me pasais la sal?¿?
ResponderEliminarpara el soso, esto no es cuestión de sal, es que estás meriloto perdío, curratelo!!
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