En un libro de poesía
de tres euros,
de segunda mano,
con los bordes gastados,
además de los poemas
del autor
hay una foto de carnet,
un billete de metro
y una nota escrita a mano.
Una pequeña historia
camuflada entre sus páginas
que, sin darse cuenta,
ya forma parte
del título.
siempre he sentido un gusto epsecial por los libros viejos, usados; de segunda, tercera, cuarta mano. Este poema me recuerda a un artículo que escribí en mi blog hace algunos meses "Encuentro con un librero errante".
ResponderEliminarEstoy navegando por tu blog, y sé que volveré. Un abrazo desde la mitad del mundo.
Carla.
Es curioso lo que se puede llegar a encontrar en esos liros, me gusta su olor, aunque sea a usado y aviejo, huelen a humanidad.
ResponderEliminarTienen su itoria, además de la cntada.
Un abrazo
Paradojas de la vida... de esa foto puede salir una historia magnífica.
ResponderEliminarBEsos y Abrazos. Nos leemos.
PD: te he conocido por Gsus y la Vida Rima; te he linkeado en my blog sin permiso (lo pido ahora, please). Te sigo leyendo.
Eyyyy, me enseño Fer el libro. Ha quedado guapo, señor!
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