martes, 5 de febrero de 2008
Al final
Una bolsa de plástico blanca
es lo único que te dan.
Después de salas de espera,
de cafés,
de cigarrillos,
de subir y bajar escaleras,
de sentarte en las escaleras,
de llorar en las escaleras.
Después de nervios,
de libros que no puedes leer,
de pasillos blancos,
de esperanza.
Después de todo eso,
lo único que te dan
es una bolsa de plástico blanca
con sus pertenencias.
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Demoledor.
ResponderEliminarDAS, A TUS PIES TÍO
ResponderEliminarQué sorpresa... Te encontré vagamundeando, siguiendo un hilo de plata... Hace dos semanas que me atreví a componer el mío, ahora paso las madrugadas leyendo cosas ajenas y extrañas... Te merodearé con tu permiso... saludos... pau
ResponderEliminarVengo desde el Re que te Dioni, y me parece que volveré.
ResponderEliminarEste poema me toca la fibra directamente, tal vez porque he sido acompañada muchas veces del frío metálico y de la bolsa blanca, tal vez porque no hace mucho me lleve sólo eso... en realidad todos tenemos historias similares, pero no todos saben contarlas así, para qu toquen el alma
Un abrazo