lunes, 8 de octubre de 2007


Una de las mayores
sensaciones
es conducir bajo la lluvia.

Con algo de música,
con las luces encendidas,
con horas y carretera
por delante.

En un tiempo
que te desnuda
poco a poco.

Y si te descuidas
te morderá
los músculos.

Es bueno estar
solo cuando
no sabes quién es mejor
para acompañarte.

Canturreando
la letras de esa canción
que nunca acabas
de aprenderte.

Y buscando un lugar
para dormir
y poder darte una ducha
caliente.

Es bueno ver alejarse una ciudad
mientras otra te espera.

Aunque no siempre
acabes en ella.

Aunque simplemente
busques un círculo
a trazar con el coche.

Pero tan grande
que te hace perder
el sentido.

Y todo parece
hacerse más pequeño,
perder algo de color.

Porque entonces
sólo te tienes a ti,
y tal vez a un café,
o un cigarro,
o nada,
puede que nada
sea la mejor compañía.

Porque puede que mañana
todo tenga la misma forma que ayer,
pero a ti por dentro
algo te ha envenenado
y ya no puedes parar.

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