lunes, 16 de julio de 2007


Siento decirte,
al borde del camino,
que nunca eché de menos
la baranda.

Siento decirte,
ahora, cansado, al final,
que nunca quise caminar
tan lejos.

Pero la locura pudo conmigo
y ahora tengo que detenerme y mirar,
esperar en esas piedras
y escuchar la caída del río.

Es una simple cuestión
de espacio,
y yo ya acabé el mío.

Por eso,
si más abajo
te preguntan por mí,
respóndeles
que me quedé
esperando.

Que bajaré
tan pronto
como acabé de comprender
que hay que hacer
para subir de nuevo.

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