sábado, 7 de julio de 2007


Es fácil cuando queda poco por decir,
cuando has limpiado debajo de tu cama
y sacas brillo a tus zapatos.

Es fácil si cada estación es la correcta,
si un mapa es un punto tan grande
que todos los destinos son el mismo destino.

Es fácil así, con poco peso
en cada uno de tus hombros
y la carteta llena de pápeles en blanco.

Cuando fuera dos gaviotas
juegan a darse caza
y los gatos escalan muros
para encontrar la comida.

Es fácil si cierras los ojos,
pero también si los mantienes abiertos.

Es fácil ahora,
pero puede que después también lo sea.

Si en cada lámpara encendida
viven especies extinguidas.

Si el agua cae en tu cara
y se cuela entre tus labios.

Es fácil según como lo mires,
según lo que esperes de ello.

Porque si no la sensación es demasiado directa,
y puedes perder el equilibrio
justo cuando pases por el lado más alto.

Y miras por la ventana,
y ha dejado de llover,
y tal vez vuelva a ser hora
de salir a la calle y olvidar todo
lo escrito hasta ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario