viernes, 19 de enero de 2007


Te podría contar
que me he quedado
toda la tarde
leyendo,
escribiendo,
pintando,
tocando el piano.

Pero te diré la verdad,
y entonces sabrás
que en mis libros
las letras se habían descolocado,
mi cuaderno escapaba por el balcón,
un reguero de óleo me demostró su suicidio,
y mi piano había estado bebiendo
y no se acordaba de cantar.

Te podría contar
que he sido feliz a tu lado,
que echo de menos
cuando me pedías un abrazo,
que duermo en el sillón
para no preguntarme
por qué no estás.

Te podría contar tantas cosas,
pero muchas de ellas
ya las sabrás
y otras ni siquiera
se me ocurrirán a mí.

Así que mejor
seguiré aquí,
con la luz de esta lámpara
iluminando la mesa
y los pies fríos por la humedad.

Y mañana, quién sabe,
puede que tenga algo
nuevo que contarte.

Quizá que me enrolé en un barco,
quizá que me tocó la lotería,
o quizá, simplemente,
te diré
que hay mil cosas que te podría contar.

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