martes, 16 de enero de 2007



Mientras te espero
alguien está gritando
en su habitación.

Desde mi ventana
sólo percibo su figura
tras la cortina,
pero puedo diferenciar
dos cuerpos.

Quién sabe
si hoy ya no dormirán
juntos,
si ella le está diciendo
que es mejor dejarlo,
que necesita un tiempo,
que se ha enamorado
de otro.

Por eso
mientras espero
enciendo un cigarro
y dejo que se consuma
sin llevármelo
a los labios.

Porque
ese hombre
quizá mire por la ventana,
quizá piense
que merece la pena
saltar y dejar todo atrás.

Y entonces,
si me ve,
le ofreceré una calada,
aunque sé
que está demasiado lejos
como para alcanzarlo.

Pero quién sabe,
tal vez nunca llegues,
y éste sea el único
pasatiempo
mientras me doy cuenta
que hace rato que me miro
al espejo.

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