jueves, 11 de enero de 2007


Las calles se hacen tuyas
con un cigarrillo en tus manos,
o con un café caliente
en un vaso de cartón.

Con la camisa nueva,
los zapatos gastados,
y un mapa que indica
donde te perdiste anoche.

Porque eres invisible
cuando nadie repara en ti,
cuando tu hueco está
marcado en el suelo,
cuando sabes tu nombre
y el dinero guardado
en tu bolsillo.

Con el frío en tu cara,
y el vaho
haciendo el amor
con esos ojos verdes
que no cesan
de mirarte.

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