jueves, 25 de enero de 2007



Espero que aún quieras verme dormir
una vez más.

Espero que aún te sientas atraída
por caminar en la misma
acera que yo.

Ya sabes
que busco la sombra de los edificios,
la intimidad de esas calles
donde nadie tiene nombre.

Y poco a poco llegar a algún sitio
en donde pedirte un abrazo,
aunque al final nunca estás,
y entonces me conformo
con echar una mirada al cielo.

Hay pocos momentos
tan intensos como vaciar
una ciudad a primera hora de la mañana.

Cuando el frío aún es húmedo
y no te puedes abrigar.

Caminando sin rumbo alguno
y cualquier sitio es bueno
para pararse
y mirar alrededor.

Realmente espero que me acompañes
estos días,
en los que hacer todo y nada
ocupan el mismo lugar
y espacio.

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