Véndelo todo,
regálalo.
Abre una pequeña maleta,
o una mochila,
y guarda lo imprescindible.
Olvídate de grandes lujos,
de caprichos,
de todo lo que siempre has sabido
que no vale para nada.
Y lleva contigo solamente
lo que te hace caminar día a día,
lo que impide que pierdas la cabeza
en cada esquina.
Viaja lejos,
hasta esa ciudad
donde una habitación
es una mujer
que nació sola
y morirá olvidada.
Y vive,
vive tan intensamente
que dormir nunca te aplaque
el dolor del pecho.
Llora,
grita,
ríe,
Maldice
cada mañana
que no tengas dinero,
y túmbate al sol
para sentir que tu cuerpo,
en el fondo,
se mantiene con vida.
Se libre,
y ríete de quien
no se atreve a serlo,
o simplemente
no aceptes su consejo.
solamente tú sabes
que, este,
es el único modo
de vivir.
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