domingo, 19 de agosto de 2007
1.
Se acerco a mí
y me pidió para un bocadillo
y una cerveza.
Me contó
que vivía en un coche
y que tenía todos los pies
llenos de llagas,
y que no tenía
ni para unos calcetines
que le protegiesen.
Me acerqué al cajero,
saqué diez euros
y se los di.
Entonces ocurrió
algo que no me esperaba,
se echó a llorar
y me abrazó,
y me dijo, textualmente:
“pásate un día
y te invito a una cerveza,
y si algún día
necesitas algo,
sangre,
o un órgano,
cuenta conmigo,
gente como tú
queda muy poca.”
2.
Cuando te sientas
y no salen las palabras
estás escribiendo
un poema
con todos aquellas ideas
que alguna vez
pasaron por tu cabeza
y que,
ingenuamente,
creíste que
más tarde
recordarías.
3.
Siempre es así,
o casi siempre.
te preparas
o intentas prepararte
para el cambio que quieres hacer,
aquel en el que tanto has pensado
aquel que no te ha dejado dormir
durante días,
y cuando
lo tienes todo preparado
algo inesperado
hace que tu situación
sea completamente nueva,
y no te quede otra
que acostumbrarte
y tirar hacia delante.
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