viernes, 23 de marzo de 2007


Yo,
por raro que parezca,
he conocido
a un chico con alas.

Un chico
que sabe volar
a zonas que nadie
conoce.

Y tal vez,
si eres afortunado,
te lleva a volar con él.

Y te enseña
a mirar el mundo
desde su punto de vista.

Donde la poesía
es el día a día,
y la vida
huele a vivir
intensamente.

Al que después
puedes tardar
mucho en regresar.

Y echas de menos
cuando te alejas
de él.

Porque sabes
que allí
renaciste de nuevo.

Allí empezó
todo
cuando
no te rodeaba nada.

Y entonces
piensas que algún día
volverás,
porque lo necesitas,
porque lo recuerdas
y no te vale con ello,
porque una vez
que lo has probado
no vale
pasar página
sin más.



* Dedicado al niño con alas.

2 comentarios:

  1. buaaaaaaaaaaaaa!!!! snif snif, os echo muchísimo de menos, echo en falta aquello que tuvimos, añor la arena de Trachimbrod y los actos poéticos, las risas y el aguardiente, el correr en pleno febrero hacia el acantilado, os quiero mucho a los dos, muchisimas gracias, no os olvido, porque siempre os recuerdo. Espero que algun día volvamos a ser Jules y Jim, y sobretodo Catherine. (sin olvidarme de la pobre niñ@ Sabine).

    A veces es triste mirar al pasado, pero es mucho más triste mirar al futuro añorando ese pasado.

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  2. jops, qué bonito.
    yo no sé qué decir... le acabo de conocer, pero ya sé que es realmente especial. con una idea suya (ya sea de fiesta o malévola a su manera) parece que todo es un tiovivo que empieza a girar. y uno quiere subirse, porque está seguro de que terminas ganando una carrera de caballos.

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