lunes, 5 de febrero de 2007


Esta noche
llévame a casa,
sólo tienes que deshacer
el camino que llevo andado,
te será fácil reconocerlo,
fui pisando todos los charcos
que encontré a mi paso.

Me abrazo a tu cuello
y andamos,
este beso en la mejilla
te lo presto hasta
que te acuestes
en mi cama.

¿Te has fijado en el río?
Parece que los pájaros
decidieron quedarse dormidos,
no suena nada
a nuestro alrededor
y en cambio puedo ver
con claridad el reflejo
de mi cigarrillo.

A lo lejos ha empezado
a escucharse una ambulancia,
dentro alguien pide
que le dejen morir,
sólo quiere abrazar
a su mujer una vez más.

Podrías decirme
“te quiero”

o algo que rellene
este silencio.

Mañana por la mañana
te llevaré el desayuno a la cama,
y te enseñaré canciones
que nunca he compuesto.

Si quieres las puedo escribir ahora,
al fin y al cabo mi casa
queda en el otro sentido
y este parque es tan grande
que invita a perderse en él.

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