martes, 19 de diciembre de 2006
Y aunque no lo hiciera,
a lo lejos,
siempre lo he deseado.
Retirarme a mi vacío,
a mi locura,
y disfrutar de penetrar,
con la mirada,
el alma de los que caminan
sin rumbo fijo.
Esconderme,
y espiar el recorrido de
las dudas,
el camino que deciden tomar
a mis espaldas.
Convertirme en uno de ellos,
desaparecer del paisaje.
Y residir para siempre
en diarios, en cuadernos,
en anchas pinceladas,
en fotos borrosas
y como no, en el olvido
de los que no me conocen.
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