lunes, 10 de enero de 2011

El tamaño de los sueños


Una amiga


Costaba hacerse a la idea
de que ya nunca su pelo,
ni sus ojos, ni su risa;
costaba decir adiós
a todo lo que hasta entonces
había sido tu mundo, tu vida;
costaba, vaya que si costaba,
aceptar que en adelante
no iba a ser para ti nada
más que eso: una amiga.




Karmelo Iribarren. El tamaño de los sueños. Anaya. 2006.

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