jueves, 2 de julio de 2009

Un poema de José Ángel Barrueco


alimentos


en aquel pueblo francés
comía mal y cenábamos bien.
durante el almuerzo estaba solo
sin ella, que se había ido a trabajar

en silencio, en el cuarto del hotel,
devoraba sándwiches
del supermercado de Molsheim
y bebía agua mineral

una vez fui a un garito
de comida basura,
con mi vocabulario limitado.
bon jour, merci y bon soir
era lo único que sabía decir en francés.
el encargado y yo
nos entendimos mediante señas
y algunas palabras en inglés.
en la ciudad proliferan
los locales de kebab
entre 3 y 5 euros.
los argelinos
se reúnen allí a ver el fútbol

por las noches, M. y yo,
cenábamos en el pueblo:
"chez mimo", restaurante italiano.
y otras veces en Estrasburgo:
raciones caseras en "au sanglier"
14 euros el menú, pinot gris
platos alsacianos en lugares con solera
foie-gras, tartes flambées, pan de aceitunas
ensaladas tradicionales y chucrut:
col, salchichas, patatas, morcilla, panceta, lacón y paté

las cenas siempre eran mejores:
además de estar acompañado,
a ella podía comérmela con los ojos.



José Ángel Barrueco. Los viajeros de la noche (poemario inédito).

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