jueves, 8 de enero de 2009
Un poema de mi hermano
Este de la foto es mi hermano. Porque no puede ser de otra forma, porque lo es. Y cuando le conoces te das cuenta de la sensibilidad que tiene. Hay poca gente que sienta las cosas como él lo hace, de una forma diferente y eso le hace especial.
Y lleva poco tiempo a bordo de un blog, y el muy cabrón acabará dando que hablar. Y si puedo, en un tiempo, y ocurrirá, montaremos algo juntos. Porque evoluciona a un ritmo que me sorprende cada día, y porque es un maldito diamante en bruto.
Enhorabuena, hermano.
Los plátanos de sombra de mi barrio
La jornada espera ahí fuera.
Para partir y para regresar
mi pequeño parque,
mis pequeños compañeros de camino,
del día a día.
Plantados, pacientes, hermosos.
A veces
no me doy ni cuenta,
ya, casi,
es automático.
Me gusta tanto saludarles,
contactar con ellos,
que sepan que estoy cerca...
Que paso a su lado,
levanto la mano
y acaricio
uno
dos
tres
y cinco.
Y me siento mejor
porque están ahí,
porque están bien,
por comunicarnos.
Una maravilla.
Un día
si os apetece
os los presento.
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