Un Peloponeso de desolación
Aplaudías con mano acordeona
la fábula del ciervo que burlaba al león,
la tortuga veloz y la tarda liebre
o el lobo humillado ante el cordero;
celebrabas,
pasando el dedo por sus letras de oro,
la historia de Leónidas, la rabia espartaca
o el loco que era Dios,
pero en solamente una semana
la Ford ha despedido a Víctor,
Nissan ha despedido a Pablo,
Nokia te manda al paro
y te das cuenta
de que las fábulas de hoy
no son como las de antes,
porque ahora
los leones son voraces como leones
y las liebres son veloces como liebres,
porque ahora
las tortugas son lentas como tortugas
y los ciervos son débiles como ciervos,
porque ahora
no hay cristos ni espartacos,
no hay leónidas
que defiendan nuestro Peloponeso
del incendio,
el pillaje,
la desolación.
jueves, 11 de diciembre de 2008
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