viernes, 14 de abril de 2006


He escrito todo sobre ti,
he dibujado tu voz,
me he vuelto niño en tu cuerpo,
he llorado al reconocer tu espalda.

Oculto, detrás tuya,
atando poesías a tu pelo,
con los pies fríos y la mente ocupada,
protegiéndonos de voces
que suenan desenfocadas.

Esta mañana volveremos a encontrarnos,
tú sin máscaras y yo con las manos sucias,
enfrentados desde esquinas opuestas.

Pero fuera aún suena la lluvia,
fuera nos borramos en los charcos,
fuera nos gritamos desde lejos.

Porque en mis pasos aparecerán los tuyos,
y cuando doble las esquinas miraré de reojo
que no te confundes de camino.

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