jueves, 11 de septiembre de 2008
Madrid en quince días
Las mismas cajas
que trajeron mi libro
desde la imprenta
ahora me sirven
para mudanza.
Te prometo
que me he dejado
los cuernos,
la vida,
el alma
en estos dos años.
He luchado,
he peleado
y he hecho todo
lo que estaba
en mis manos.
Y si hemos llegado
a este punto
no es por rendición,
por tomar un camino fácil,
por cerrar la puerta
de un portazo.
Si no que a veces,
como en la vida misma,
aunque te tapen las heridas
ya has perdido
demasiada sangre.
* Este poema se lo dedico a ella, porque dos años se dicen rápido pero no caben en un bolsillo.
Y porque los restos de piel debajo de las uñas demostrarán que luchamos como jabatos.
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Me gusta tu poema.Se adivina una importante historia, a la que le deseo un bonito final.
ResponderEliminarUn abrazo y todo lo mejor para ti.
Desde mi blog Socopoemas al que te invito a entrar.
Me pone triste leerte porque aún no conozco la historia. Ella me aconsejó el poema como anticipo. De todas maneras quiero darte als gracias porque sé que estos dos años me la has cuidado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gavi (blog: Vivir a conciencia)