jueves, 21 de junio de 2012
Lo que sobra, de Carlos Salem.
Lo que sobra
Ahora que todo
ha quedado en nada
me sobran los dedos que hasta hace poco se turnaban
para buscarte resortes y cosquillas
en la compleja maquinaria que ocultas entre las piernas
Ahora que todo
ha quedado en nada
mi boca sólo sirve para boquear besando al aire del cigarro
o masticar alguno de tus platos favoritos
como si te masticara
Y no es lo mismo.
Ahora que todo
ha quedado en nada
mi sexo se convierte en un absurdo artilugio para mear llorando
una molestia que me impide dormir de lado
un polo de ceniza y fresa
un tizón helado
Ahora que todo
ha quedado en nada
los poemas que escribo me suenan a declaración de la renta
y en cada verso me defraudo
y en cada verso te desgravo
intento la venganza de un soneto
pero siempre me rima con “afrenta”
y todas las palabras se me deshacen entre los verbos
Ahora que todo
ha quedado en nada
mis ojos son tajos en la cara
que froto contra la pantalla de la tele
o en tu inolvidable sonrisa que se burla
en cada foto.
Ahora que todo
ha quedado en nada
me sobra todo.
O tal vez no.
Creo que no.
Seguro que no.
No me sobran
ni los dedos ni la boca ni los versos
Ni los ojos ni la polla.
Me sobras tú.
Por eso me pido otra cerveza
y espero ver entrar por esa puerta
a la mujer
que te borre para siempre
esa jodida sonrisa
de las fotos.
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